Inician los foros nacionales con posiciones encontradas entre empresarios y sindicatos. Querétaro está listo para albergar uno de los seis foros nacionales convocados por la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS) para analizar la reducción de la jornada laboral a 40 horas. La discusión sobre este cambio en la Ley Federal del Trabajo arranca este jueves 19 de junio en la Ciudad de México y concluirá el 7 de julio en Cancún.
La sede queretana será el punto de encuentro el 3 de julio, donde participarán más de 40 especialistas, empresarios, trabajadores y representantes de la sociedad civil. El objetivo de estos foros es construir consensos para una reforma que está prevista para implementarse de forma gradual hasta el año 2030.
Querétaro busca ser modelo nacional
Carlos Alcaraz, secretario de Gobierno de Querétaro, informó que el estado ya está preparado para recibir el foro y destacó que será un ejercicio público e incluyente. “Querétaro se va a distinguir por ser un ejemplo a nivel nacional en la implementación de esta nueva jornada laboral”, afirmó.
El evento estará coordinado por la STPS federal, con el respaldo de la Secretaría del Trabajo estatal y la Subsecretaría de Derechos Humanos. En palabras del funcionario, el reto será mantener la productividad sin sacrificar derechos laborales.
Los temas a tratar en los foros incluyen: productividad y salarios, costo laboral, gradualidad, la jornada en otros países y bienestar laboral. Estos encuentros servirán de base para presentar un proyecto de reforma el 31 de julio, que será enviado al Congreso de la Unión el 1 de septiembre.
Posturas encontradas entre sectores
Mientras los foros buscan generar acuerdos, las posiciones de empresarios y sindicatos siguen muy distantes. Por un lado, la Confederación de Trabajadores de México (CTM) propone la reducción inmediata a 40 horas semanales, con pago íntegro de 56 horas, dos días de descanso obligatorios y prohibición de trabajo en fines de semana salvo acuerdo expreso con el trabajador.
La postura sindical rechaza la idea de que la reforma se implemente de forma gradual. Además, impulsa propuestas específicas para cada sector económico, como ya ocurre en la industria alimenticia, donde líderes sindicales preparan sus propios esquemas de implementación.
Del otro lado, el sector empresarial insiste en la necesidad de aplicar la reforma de manera escalonada. Francisco Cervantes, del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), argumenta que muchas industrias, como la automotriz, la construcción o la metalmecánica, dependen de jornadas extensas y de turnos continuos.
Riesgos para las pequeñas y medianas empresas
Ricardo Martínez Rojas, experto laboral del despacho D&M, señaló que “las pymes serían las más golpeadas si se aplica de inmediato la reforma”. Añadió que es fundamental pensar en la flexibilidad de horarios y evitar una rigidez que pueda derivar en pérdidas de empleo.
Entre las propuestas empresariales destaca no reformar la Constitución, sino solo la Ley Federal del Trabajo, para mantener esquemas más flexibles. También se plantea que las horas extras queden exentas del pago de ISR e IMSS, y que las prestaciones de previsión social vuelvan a ser 100% deducibles.
Según el sector patronal, antes de reducir horas debe incrementarse la productividad. Además, sugieren que el reparto de las 40 horas se haga sin necesidad de otorgar dos días de descanso fijos, permitiendo a los empleadores ajustar las jornadas según su modelo de negocio.
La ruta hacia la reforma: fechas clave
El calendario planteado por la STPS marca una hoja de ruta clara:
- 19 de junio: Arranque de los foros en la Ciudad de México.
- 23 de junio: Foro en Monterrey.
- 26 de junio: Foro en Guadalajara.
- 30 de junio: Foro en Tijuana.
- 3 de julio: Foro en Querétaro.
- 7 de julio: Foro final en Cancún.
Para el 14 de julio se prevé contar con las conclusiones de todos los foros. Posteriormente, el 31 de julio se presentará la propuesta final, y el 1 de septiembre será enviada al Congreso.
Una reforma laboral que busca dignificar el trabajo
Marath Bolaños, titular de la STPS, defendió el proyecto como una necesidad urgente. “El bienestar no puede estar solamente en el ingreso, sino también en el tiempo disponible para la vida, la salud, la familia y la comunidad”, declaró.
Añadió que esta iniciativa busca justicia laboral y condiciones más humanas. Aseguró que ya no está en discusión si la reforma debe implementarse, sino en qué plazos y bajo qué condiciones específicas por región o sector.
El funcionario afirmó que, a pesar de la desaceleración económica y la cancelación de 90 mil plazas en los últimos dos meses, hay optimismo. El gobierno confía en que se seguirá generando empleo y atrayendo inversión, lo que permitirá avanzar en esta transformación laboral.
Empresarios multimillonarios critican la reforma
Mientras en México se busca reducir las horas de trabajo para mejorar la calidad de vida, varios empresarios internacionales han expresado su rechazo. Carlos Slim, Elon Musk, Sergey Brin y Kevin O’Leary han sido críticos de la semana laboral de 40 horas.
O’Leary, conocido por su participación en Shark Tank, ha dicho abiertamente que el éxito exige trabajar hasta 24 horas al día, los siete días de la semana, especialmente al inicio de la carrera profesional. Para él, el concepto de desconexión laboral no debe existir.
Estas declaraciones contrastan fuertemente con la postura del gobierno mexicano, que apunta a una vida laboral más balanceada como base del bienestar.
¿Qué sigue para México?
La discusión sobre la jornada de 40 horas marca un hito para los derechos laborales en el país. Por primera vez en décadas, se busca reducir el tiempo de trabajo sin afectar el salario. Se trata de devolver a las personas el tiempo que necesitan para vivir plenamente.
En el caso de Querétaro, el foro del 3 de julio será determinante para escuchar propuestas y fijar rutas concretas. Empresarios, sindicatos, académicos y organizaciones civiles estarán cara a cara debatiendo el modelo laboral que definirá el futuro del país.
A pesar de las diferencias, el diálogo ha comenzado. México se encamina hacia una reforma laboral que, de concretarse, transformará profundamente las dinámicas laborales. La clave estará en lograr acuerdos que garanticen bienestar sin poner en riesgo la productividad.