La propuesta para reducir la jornada laboral de 48 a 40 horas semanales en México cobra relevancia en el ámbito del derecho laboral y la productividad. Ricardo Martínez Rojas, un destacado abogado y socio fundador de D&M Abogados, ha argumentado que esta reforma debería llevarse a cabo exclusivamente en la Ley Federal del Trabajo (LFT) y no en la Constitución. Según Martínez Rojas, las leyes son susceptibles de cambios para mejorarse, mientras que cualquier modificación constitucional implicaría un proceso más ingrato y prolongado.
Durante un foro celebrado en la Ciudad de México, el experto subrayó que la Constitución ya fija un límite diario de ocho horas pero no establece un máximo semanal. Dado que la legislación actual se considera un piso mínimo, modificar la LFT permitiría adecuar la jornada laboral a las demandas del entorno sin la rigidez de una reforma constitucional. Esto es esencial, ya que el avance hacia una implementación gradual del horario limitado a 40 horas debe contemplar las lecciones que se aprendan en el camino hacia 2030, un plazo señalado para lograr este objetivo.
La propuesta de gradualidad ha resonado en el diálogo actual: la iniciativa no solo plantea un enfoque flexible, sino que también sugiere una adaptación por sectores. El sector empresarial ha abogado por consideraciones que vayan más allá de lo semanal, sugiriendo esquemas que se ajusten a las necesidades operativas diarias, quincenales y mensuales. Una de las medidas discutidas es establecer un solo día de descanso obligatorio, lo que se argumenta podría maximizar la productividad.
El debate no solo se centra en la reducción de horas, sino también en cómo manejar el tiempo extraordinario. Una de las alternativas que las empresas barajan es aumentar la contratación de nuevos empleados o incrementar el uso de horas extras. Sin embargo, se propone que estas horas no estén gravadas con el Impuesto Sobre la Renta (ISR), lo que podría beneficiar la economía de los trabajadores.
Con el objetivo de mejorar la competitividad y la productividad en el país, los foros actuales tienen como propósito trabajar en un marco normativo que impulse cambios significativos, reflejando las necesidades del trabajo contemporáneo y las demandas del mercado global.
La información presente se deriva de debates y propuestas accesibles hasta el 23 de junio de 2025. La discusión continúa siendo esencial para el futuro del trabajo en México y la forma en que se abordarán las reformas laborales en el país.