El debate sobre la reducción de la jornada laboral en México ha cobrado fuerza con la propuesta de modificar el artículo 123 de la Constitución para establecer un límite máximo de 40 horas semanales, en lugar de las 48 actuales. La iniciativa, que ya ha sido aprobada en comisiones, podría aplicarse de forma gradual hasta 2030.
El objetivo es mejorar el equilibrio entre la vida laboral y personal de los trabajadores mexicanos, quienes tienen una de las jornadas más extensas entre los países de la OCDE.
¿Cómo afecta el pago de horas extras?
Según la Ley Federal del Trabajo, las primeras 9 horas extras a la semana se pagan al doble y las siguientes, al triple. Si se reduce el número de horas semanales permitidas, será más fácil que un trabajador exceda ese límite, aumentando los pagos por tiempo extra.
Especialistas como contadores y fiscalistas advierten que esto puede elevar significativamente los costos laborales para las empresas, especialmente en sectores con alta demanda operativa como el industrial, minero, maquilador y automotriz.
Problemas con la contratación por hora
Uno de los principales señalamientos de los expertos es que la ley actual no contempla de forma clara la contratación por hora. En muchos casos, si una persona trabaja sólo dos o tres horas, debe recibir el equivalente a una jornada completa.
Este aspecto limitaría la capacidad de las empresas para adaptarse a la nueva jornada sin aumentar su plantilla o pagar horas extra, lo que podría afectar la generación de empleos de medio tiempo o con horarios flexibles
¿Qué se propone para evitar afectaciones?
Abogados laborales, como Óscar de la Vega, consideran urgente una reforma complementaria que permita contratar legalmente por hora y facilite esquemas más flexibles de trabajo. De lo contrario, la medida podría terminar siendo contraproducente para trabajadores y empleados.
También se ha planteado que la implementación sea gradual hasta el año 2030, lo que daría tiempo para ajustar estructuras laborales, procesos administrativos y normas secundarias.
La reducción de la jornada laboral a 40 horas representa un avance en derechos laborales, pero su éxito dependerá de que venga acompañada de cambios legales y operativos adicionales. De no hacerlo, la intención de beneficiar a los trabajadores podría traducirse en menos oportunidades de empleo o más carga financiera para las empresas.
